Odiaba trabajar hasta tarde. Era siempre la última en salir y nunca se quejaba. Pero parte del desprecio de trabajar tarde era porque, secretamente, el quinto piso del hotel le resultaba tenebroso. La duela falsa rechinaba, las oxidadas bisagras de las puertas rechinaban, las sillas ejecutivas de cuero gastado rechinaban. Tan solo con saber lo que las otras personas que trabajaron ahí habían visto...
Mientras avanzaba por el angosto pasillo del quinto piso pobremente iluminado, recordó lo que...
Trending Articles
More Pages to Explore .....